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Todo lo que debes saber sobre la enfermedad del vaping

Todo lo que debes saber sobre la enfermedad del vaping

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El vaping, o uso de un vaporizador para consumir o administrar cannabis, ha crecido en popularidad debido a una gran variedad de razones. Por ejemplo: la facilidad de uso, la discreción, la portabilidad y el inicio rápido de alivio. Según un estudio, uno de cada cinco consumidores de cannabis declaró utilizar vapes en Estados Unidos.

Sin embargo, esto comenzó a cambiar con el brote de una misteriosa y grave enfermedad pulmonar. Los expertos y autoridades sanitarias no saben con exactitud cuál es la causa, pero todos los casos tienen algo en común: están relacionados de algún modo con el vaping.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos informaron que hubo 1.888 casos de lesiones pulmonares y 37 muertes asociadas con el uso de cigarrillos electrónicos hasta el 29 de octubre de 2019. La FDA también inició una investigación penal sobre el asunto.

Ambas agencias están recomendando que pacientes y consumidores eviten los productos de vaping, en particular los que contienen THC y los que se obtienen en la calle o de forma ilícita, hasta que la investigación esté completa.

Las ventas de vaporizadores han caído en todo Estados Unidos como consecuencia de la epidemia: un 15% en todo el país, según un informe. ¿Qué sabemos exactamente de la enfermedad del vaping?

Posibles causas

Los CDC declararon en un comunicado público que, aunque todos los pacientes tienen un historial de uso de productos de vaping, “no se ha descubierto ninguna evidencia consistente de una causa infecciosa”. Esto les lleva a la conclusión de que “la causa sospechosa es una exposición química”.

Los investigadores médicos también han observado que el tejido pulmonar de varios pacientes se asemeja a las quemaduras químicas. “Los 17 casos muestran un patrón de lesión en el pulmón que parece una exposición a sustancias químicas tóxicas, una exposición a humos químicos tóxicos o una lesión por quemadura química”, declaró al New York Times el Dr. Brandon T. Larsen, patólogo quirúrgico de la Clínica Mayo de Scottsdale (Arizona).

Sin embargo, a pesar de las exhaustivas pruebas realizadas tanto a nivel federal como estatal, ningún producto se ha relacionado con todos estos casos.

El acetato de vitamina E

Un compuesto, el acetato de vitamina E, un aceite derivado de la vitamina E, ha sido mencionado en una serie de informes como posible culpable. Aunque se encuentra de forma natural, “sus propiedades similares a las del aceite podrían estar asociadas a los tipos de síntomas respiratorios que muchos pacientes han declarado: tos, falta de aire y dolor en el pecho”, según las autoridades a The Washington Post. Este compuesto se encontró en muchas de las muestras obtenidas de las víctimas en Nueva York.

Las autoridades sanitarias de Illinois y Wisconsin “proporcionaron las pistas más sólidas sobre lo que podría estar enfermando a la gente”, según The Washington Post. Entrevistaron a 86 pacientes enfermos y “la gran mayoría declaró haber utilizado cartuchos de vaping precargados con THC ilícito. Asimismo, los compraron en fuentes informales”.

Un informe de ABC News también señaló que, aunque algunos pacientes habían vaporizado nicotina, muchos de los que han caído enfermos utilizaron cartuchos de aceite de THC comprados en tiendas ambulantes y otros vendedores ilegales.

Esto ha llevado a postular que la oleada de lesiones pulmonares relacionadas con los vaporizadores está siendo causada por productos de THC comprados a vendedores clandestinos o sin licencia. Actualmente se considera que California es el punto de origen porque allí existen muchos vendedores ilegales. Un artículo del Washington Post señalaba que “…los operadores del mercado ilícito están utilizando más agentes espesantes para diluir el aceite de THC”, a menudo con acetato de vitamina E.

Vaporizador. (Shutterstock)

Las autoridades sanitarias opinan

Hasta que se determine oficialmente la causa, la FDA sugiere a los consumidores que dejen de utilizar cigarrillos electrónicos o productos de vaping que contengan THC; especialmente los productos “obtenidos en la calle o de otras fuentes ilícitas o sociales.” La agencia recomienda además que cualquier persona que muestre síntomas relacionados busque rápidamente atención médica si está preocupada por su salud.

Los CDC se hacen eco de este sentimiento y también instan a los consumidores a abstenerse de utilizar cigarrillos electrónicos o vapes en este momento. Los CDC también advierten a los consumidores sobre la compra de productos sin licencia. Además, añaden que “no deben modificar ni añadir ninguna sustancia a estos productos que no esté certificada por el fabricante”.

Los orígenes de la epidemia del vaping

A continuación se cuenta la historia de cómo surgió esta misteriosa “enfermedad del vaping”, cómo han respondido las agencias reguladoras y los hallazgos sanitarios que el público general debería conocer.

Un estudio de 2010 publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health concluyó que el propilenglicol en el aire -uno de los principales agentes diluyentes utilizados en los vaporizadores- podría inducir o exacerbar el asma, el eczema y otros síntomas alérgicos.

Un artículo sobre la seguridad de los vaporizadores publicado unos años más tarde en el sitio web educativo Project CBD explicaba que el propilenglicol, cuando se calienta, puede transformarse en un grupo de sustancias químicas cancerígenas llamadas carbonilos. En la familia de los carbonilos se incluyen compuestos como el formaldehído, clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer como carcinógeno del grupo 1.

A la confusión se añade el hecho de que el propilenglicol fue clasificado por la FDA como seguro en forma de aditivo alimentario. La clasificación, sin embargo, se basaba en estudios de toxicidad que no implican calentar o respirar la sustancia.

El artículo del Project CBD instaba a la cautela, afirmando que “puede haber un inconveniente oculto en los vaporizadores, que se fabrican (normalmente en China), se comercializan y se utilizan sin controles reglamentarios… que a altas temperaturas pueden transformar los disolventes, los agentes aromatizantes y varios aditivos del aceite para vaporizar en carcinógenos y otras toxinas peligrosas”.

La nueva normativa entra en vigor

A medida que la industria seguía creciendo, California comenzó a redactar leyes más rigurosas para las pruebas de toxinas y pesticidas para los productos de cannabis. Las nuevas regulaciones entraron en vigor en julio de 2019, y varias marcas de vaping de cannabis retiraron sus productos de sus estantes poco después de que entraran en vigor.

Una de ellas fue la marca californiana Bloom Brand, que retiró los cartuchos el 25 de julio de 2019. Esto se debe a que contenían miclobutanil, un “popular fungicida prohibido para su uso en el cannabis por el Departamento de Regulación de Pesticidas de California”.

A finales de agosto, Leafly informó que “un nuevo tipo de aditivo comenzó a aparecer a finales de 2018, y desde entonces se ha utilizado ampliamente en los mercados clandestinos”. Agregó que el compuesto era inodoro, insípido y existía en iteraciones legales y clandestinas, concluyendo.

“Este nuevo aditivo puede o no jugar un papel en la actual crisis de salud”, según el informe de Leafly, “pero es uno de los principales nuevos ingredientes en el aceite de vaping ilegal de este verano”.

Grave preocupación por la salud

Los primeros signos de la enfermedad del vaping aparecieron oficialmente en abril de 2019. El Washington Post informó que, aunque los cigarrillos electrónicos se habían vendido durante más de una década, los departamentos de salud estatales de Washington e Illinois encontraron que el brote comenzó con 53 personas en abril.

Los afectados reportaron una amplia gama de síntomas, incluyendo dificultad para respirar, dolor en el pecho, tos, náuseas, vómitos y fiebre. Muchos de ellos acabaron padeciendo el síndrome de dificultad respiratoria aguda. Tal afección, potencialmente mortal, es causada por la acumulación de líquido en los pulmones. Un tercio de los pacientes fueron conectados a respiradores.

La enfermedad del vaping “aumentó rápidamente a partir de julio”, según un informe de CNBC News. La preocupación por el papel del propilenglicol en estas enfermedades llevó a la FDA a proponer la inclusión del propilenglicol en su lista de “componentes dañinos y potencialmente dañinos en los productos del tabaco” el 5 de agosto.

Las primeras víctimas mortales

La primera muerte relacionada con la enfermedad del vaping se produjo en Illinois el 23 de agosto de 2019, según la AP. La siguiente aparecería en Minnesota el 6 de septiembre, pero no antes de que un informe de Leafly señalase a varias marcas clandestinas ilegales como posibles culpables. Dos de estas “marcas del mercado ilícito” incluían a West Coast Carts y Dank Vapes. Esta última también sería señalada en un informe de VICE unos días después.

Las autoridades sanitarias buscaron en vano un posible factor común. A principios de septiembre, se informó que se había encontrado acetato de vitamina E en casi todas las muestras recogidas de pacientes en Nueva York y otros lugares.

Ese mismo día, la FDA advirtió formalmente a los consumidores que eviten los vapes que contengan THC. Sin embargo, la agencia también puso en duda la teoría del acetato de vitamina E. Afirmó que, aunque estaba analizando activamente “la presencia de una amplia gama de sustancias químicas, incluyendo la nicotina, el THC y otros cannabinoides junto con agentes de corte/diluyentes y otros aditivos, pesticidas, opioides, venenos, metales pesados y toxinas”, que “no se identificó ninguna sustancia en todas las muestras analizadas”.

Las agencias gubernamentales toman medidas

En un intento de frenar la propagación de la enfermedad del vaping, los organismos sanitarios empezaron a tomar medidas. Uno de los primeros intentos fue encabezado en Nueva York por el gobernador Andrew Cuomo. Éste ordenó a su departamento de salud que citará a tres empresas que vendían “agentes espesantes”.

El presidente Trump pasaría a proponer la prohibición de los cigarrillos electrónicos unos días después. Muchos siguieron su ejemplo, incluyendo Nueva York, que rápidamente se convirtió en el primer estado en prohibir los cigarrillos electrónicos. En otros estados se han presentado propuestas similares.

En los días y semanas siguientes aparecieron más informes preocupantes. Una investigación en Hawái encontró “adiciones potencialmente peligrosas” en los productos de CBD, incluyendo “rastros de hongos y bacterias”. Un producto incluso contenía “una cantidad ilegal de THC”.

La AP informó a mediados de septiembre que “algunos operadores están sacando provecho de la moda del CBD sustituyendo la marihuana sintética barata e ilegal por CBD natural en vapes y comestibles”. La AP hizo analizar varios productos para vaporizar con CBD. En su investigación, descubrió que un tercio “contenía tipos de marihuana sintética -drogas comúnmente conocidas como K2 o spice, que no tienen beneficios médicos conocidos- mientras que otros no tenían nada de CBD”.

El mercado clandestino

Vaporizador de concentrados con cartucho. (Shutterstock)

Una investigación de Leafly publicada a finales de septiembre siguió el viaje de los cartuchos ilegales desde Shenzhen, China, hasta los puertos de Los Ángeles y el mercado clandestino. También detalla las formas en que los fabricantes clandestinos utilizaban agentes diluyentes no regulados y potencialmente tóxicos. Por ejemplo, el “Honey Cut” se usaba “para reducir las concentraciones de aceite de THC entre un 50% y un 70%, sin que los consumidores se dieran cuenta”.

Una investigación llevada a cabo por NBC News unos días después comparó los cartuchos comprados a vendedores legales con los disponibles en el mercado clandestino. En las tres muestras adquiridas en dispensarios legales de California no se encontraron metales pesados ni pesticidas. Pero “en 13 de las otras 15 muestras de cartuchos de THC del mercado negro se encontró que contenían vitamina E”.

Diez de los cartuchos no regulados fueron analizados por la NBC en busca de pesticidas. De ellos, todos resultaron positivos. “Todos los productos contenían miclobutanil, un fungicida que puede transformarse en cianuro de hidrógeno cuando se quema”, según el informe.

Desde entonces, Los Ángeles ha intentado combatir la propagación de estos cartuchos, anunciando una posible prohibición de la venta de vapes durante un año. Más tarde, Oregon anunció la prohibición total de los vapes de sabores.

Ese mismo día, VICE publicó un artículo titulado The Vaping Crisis Has a New Villain: ‘Dank Vapes’. Éste señalaba a los cartuchos de THC del mercado ilícito como “un posible culpable de la enfermedad del vaping”.

Cómo mantenerse a salvo

Aunque no se ha encontrado ningún compuesto o agente que esté detrás de estas enfermedades, parece que la mayoría de los casos están relacionados con los cartuchos de cannabis clandestinos. La FDA ha advertido a los consumidores que eviten los vapes que contengan THC, así como el acetato de vitamina E, declarando:

“Debido a que los consumidores no pueden estar seguros de sí cualquier producto de vaping de THC puede contener acetato de vitamina E, se incita a los consumidores a evitar la compra de productos de vaping en la calle, y a abstenerse de utilizar aceite de THC o modificar/añadir cualquier sustancia a los productos comprados en las tiendas. Además, ningún joven debería utilizar ningún producto para vaporizar, independientemente de la sustancia”.

La solución más práctica, sin embargo, está en última instancia en manos de los legisladores y de las agencias reguladoras como la FDA. Project CBD, por su parte, imploró a las autoridades sanitarias estatales que “pongan en marcha un programa regulador riguroso que dé prioridad a la salud pública y eleve los estándares de seguridad de todos los comestibles y complementos alimenticios”.

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