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5 argumentos a favor de la marihuana que cualquier activista debe saber

5 argumentos a favor de la marihuana que cualquier activista debe saber

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Uno de los elementos más importantes para defender eficazmente al cannabis es ser capaz de dirigir la conversación. Cuando se trata de la marihuana y de la lucha por la legalización, la mejora del acceso y el cambio de mentalidad, los defensores a menudo se encuentran con mitos, conceptos o datos erróneos y estereotipos que han sido transmitidos por fuentes autorizadas durante tanto tiempo que para muchas personas suplantan la verdad.

Cuando se realiza el duro trabajo cara a cara (o en línea) de cambiar de opinión -ya sea con representantes elegidos, padres, vecinos o incluso médicos-, dominar los hechos y datos duros sobre la marihuana puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Dicho trabajo es algo que todos debemos hacer si queremos asegurarnos de que los estigmas y las prohibiciones de antaño queden atrás. Por eso, aquí tienes cinco de los datos y argumentos más importantes y útiles sobre marihuana que puedes utilizar. Ah, y todo está respaldado por la ciencia. ¡Puedes chequearlo tu mismo!

Los dos principales ingredientes activos del cannabis están aprobados por la FDA

Los dos principales ingredientes activos del cannabis están aprobados por la FDA – solo que no en el cannabis. (grandbrothers/ 123rf)

Sí, leíste bien. La FDA ha aprobado medicamentos (por separado) con ingredientes activos THC y CBD.

El Dronabinol, el nombre farmacéutico del Δ9-tetrahidrocannabinol (THC), ha sido un medicamento aprobado por la FDA durante más de 35 años. Comenzó a recetarse para las náuseas asociadas a la quimioterapia, y más tarde para la anorexia relacionada con el sida. Aunque la aprobación cubría una versión sintética del cannabinoide más famoso, es químicamente indistinguible de la versión producida naturalmente por la planta de cannabis.

¿Consumir THC con las demás sustancias químicas de la planta de cannabis? No se puede, dicen los federales. El problema con eso, como pueden atestiguar millones de pacientes de cannabis medicinal, es que el THC es mucho más eficaz y agradable cuando se combina con otros cannabinoides y terpenos, un fenómeno conocido como efecto séquito. (Ésta es una de las cosas que hace que el cannabis sea tan único como medicina).

La FDA pensó erróneamente que la aprobación del Marinol, la versión de marca del Dronabinol, “obviaría la necesidad de formas medicinales de cannabis”, explicó el Dr. Ethan Russo en un reciente episodio del podcast The Cannabis Enigma.

El problema, continuó el Dr. Russo, es que “el THC por sí solo es un medicamento pésimo. Se tolera muy mal, es muy desorientador. Tiende a producir disforia en lugar de euforia, y cualquiera que haya probado ambos te dirá que es totalmente diferente a los efectos que la gente obtiene del cannabis”.

Con el CBD, el sello de aprobación de la agencia federal es aún más rotundo. En lugar de aprobar sólo versiones sintéticas, como hizo con el THC, en el 2018 la FDA dio luz verde al cannabidiol (CBD) derivado de la planta de cannabis como medicamento aprobado -bajo la marca Epidiolex– como tratamiento para formas raras de epilepsia infantil.

Así pues, aunque la planta de cannabis sigue estando catalogada como droga peligrosa según la legislación federal de Estados Unidos, la principal agencia gubernamental de seguridad de los medicamentos del mundo reconoce y permite el uso de sus dos ingredientes principales en otras formas. Fúmate esa.

Nadie ha muerto nunca por una sobredosis de marihuana

Es virtualmente imposible consumir una cantidad de cannabis suficiente para causar una sobredosis fatal. (The Cannigma/ Anthony Travagliante)

Esto merece ser repetido cada vez que alguien dice que “no sabemos lo suficiente sobre la seguridad del cannabis”. No existe ninguna prueba científica de que alguien haya muerto por una sobredosis de cannabis. Ni una sola persona; y la gente lo ha estado consumiendo durante miles de años. En casi cualquier dosis o cantidad imaginable, el cannabis simplemente no tiene el potencial de un exceso mortal.

Como escribió un juez estadounidense, citando una investigación médica, sería necesario consumir alrededor de 1.500 libras de cannabis en 15 minutos. Buena suerte con eso.

Comparemos eso con datos de otras sustancias y drogas sobre cuyos perfiles de seguridad sabemos mucho más que la marihuana. “Las sobredosis que involucran opiáceos mataron a casi 47,000 personas en el 2018; y el 32% de esas muertes involucraron opiáceos recetados”, según los Centros para el Control de Enfermedades. “El consumo excesivo de alcohol es responsable de más de 95.000 muertes en Estados Unidos cada año, o 261 muertes al día”, según el CDC.

Dicho esto, existe la sobredosis de cannabis, más conocida como “toxicidad del cannabis“. Pero está lejos de ser mortal. Una sobredosis de cannabis suele provocar síntomas como paranoia temporal, ansiedad, ataques de pánico, aumento del ritmo cardíaco y náuseas. Más o menos lo que muchos pueden denominar un “mal viaje”.

Teniendo en cuenta que el cannabis se utiliza a menudo con fines médicos para tratar muchas de las mismas condiciones que los medicamentos potencialmente mortales como los opiáceos y otros que pueden conllevar graves efectos secundarios, el cannabis es increíblemente seguro.

Aunque los efectos secundarios del THC pueden ser incómodos, la doctora Melani Kane, farmacéutica, dijo a The Cannigma el año pasado que “no suponen una amenaza para la vida de ninguna forma. Es definitivamente la droga más segura que he dispensado”.

La inmensa mayoría de las personas que prueban la marihuana no pasa a consumir drogas duras

Este mito, que es mejor definido como propaganda, confunde la correlación y la causalidad. (Cathy Yeulet/ 123rf)

Todos hemos escuchado las advertencias, ya sea en Reefer Madness o de un oficial antidrogas de la escuela: Aunque el cannabis no sea tan peligroso como drogas como la cocaína o la heroína (véase el dato nº 2), te pondrá en un camino que te llevará directamente a esas drogas y a sus consecuencias, a menudo destructoras de vidas.

Este mito, que puede clasificarse mejor como propaganda, confunde correlación y causalidad. El cannabis es la sustancia de este tipo más utilizada y a menudo más accesible, por lo que es lógico que la gente acabe consumiendo drogas como el crack, la metanfetamina o la heroína, habiendo probado primero la marihuana.

Así que, sí, hay estudios que han descubierto que “muy pocos jóvenes progresan hacia otras drogas ilícitas sin haber tenido una experiencia previa con la marihuana” y que el consumo de cannabis a una edad temprana “puede reducir las barreras percibidas contra el uso de otras drogas ilegales y facilitar el acceso a estas drogas”.

Sin embargo, lo que no suelen mencionar es que los investigadores también han observado que otros factores, como las enfermedades mentales, la genética y los factores ambientales, pueden aumentar la probabilidad de consumir drogas duras y que los esfuerzos para prevenir el consumo de drogas en adolescentes deben “evaluar las enfermedades mentales subyacentes que predisponen a los jóvenes a un consumo temprano de drogas”.

Aún así, la insensatez del mito de la droga de entrada radica principalmente en el hecho de que no tiene en cuenta ningún factor personal, familiar o social que pueda aumentar la probabilidad de consumir o abusar de las drogas duras. En lugar de ello, se considera a la marihuana como la culpable.

A pesar de esto, y por razones totalmente diferentes, existe un consenso científico bastante amplio de que se debe desalentar el uso de la marihuana recreativa en los adolescentes.

Hay muchos, muchos tipos de cannabis. Es más que una sola cosa

Los diferentes niveles y proporciones de cannabinoides como el THC y el CBD pueden causar que cada quimio variedad del cannabis tenga efectos muy diferentes. (Shutterstock)

Hay más de 500 ingredientes químicos activos que se han identificado en el cannabis. Estos incluyen al menos 146 cannabinoides, como el THC y el CBD. Cada quimiotipo (también llamado “cepa”) tiene diferentes combinaciones y proporciones de esas sustancias químicas; y todo, desde las condiciones de cultivo hasta la forma de almacenar las flores de cannabis, puede afectar aún más a su perfil químico. Ahora consideremos que hay miles de quimiotipos de cannabis diferentes.

Aunque nuestra capacidad para adaptar un producto de cannabis específico a pacientes individuales o a condiciones y síntomas médicos está todavía en su infancia, los investigadores del cannabis están seguros de que “hasta ahora realmente no hemos visto las capacidades del cannabis aprovechadas adecuadamente”.

Sin siquiera entrar en las propiedades y efectos que pueden tener los distintos tipos y niveles de terpenos, los diferentes niveles y proporciones de cannabinoides como el THC y el CBD pueden hacer que un quimiotipo de cannabis tenga efectos terapéuticos (y recreativos) significativamente diferentes.

Aunque la nomenclatura del cannabis sigue estancada en la era de la prohibición, en la que simplemente había porro bueno y porro malo o índica y sativa, hay muchos profesionales, científicos y expertos en medicina que están intentando crear un nuevo marco para hablar de los diferentes tipos de marihuana.

Un sistema propuesto divide el cannabis en tres tipos. Las variedades de cannabis de tipo 1 tienen un alto contenido de THC y un bajo contenido de CBD. El tipo 2 tiene una proporción más equilibrada de THC y CBD (a menudo llamada 1:1). El tipo 3 es dominante en CBD y bajo en THC. Los tres tienen valor terapéutico, pueden ser mejores o peores para pacientes y condiciones específicas, y pueden tener diferentes efectos en el cuerpo.

Y eso sin entrar en las definiciones reglamentarias que separan arbitrariamente el cannabis en “cáñamo” y marihuana “narcótica” en función de su contenido de THC.

Hay todo un sistema en el cuerpo humano que interactúa con el cannabis

Te preguntarás por qué hemos dejado esto para el final: porque esto está a punto de volverse una locura.

Los seres humanos, y todos los vertebrados de la Tierra, tienen algo llamado sistema endocannabinoide, con fragmentos que aparecen en las células de todo nuestro cuerpo. Está en el cerebro, el sistema inmunológico, el hígado, la piel, los ojos… prácticamente en todas partes.

El sistema endocannabinoide ayuda a regular y armonizar una serie de funciones corporales básicas como la percepción del dolor, la ansiedad, la memoria y el aprendizaje, el apetito, la temperatura, la función reproductiva e incluso el ritmo cardíaco y la presión arterial. Y hay una razón por la que lleva el nombre del cannabis.

Mientras que nuestro cuerpo crea sus propios “cannabinoides” que interactúan y activan el sistema endocannabinoide, la planta de cannabis también lo hace. De hecho, los científicos descubrieron las versiones vegetales de los cannabinoides décadas antes de descubrir que el cuerpo también los fabrica.

Se cree que el sistema endocannabinoide es la razón por la que el cannabis es capaz de tratar tantos síntomas y afecciones. La fisiología humana ya tiene la infraestructura y el conocimiento para poner en funcionamiento el cannabis cuando entra en el cuerpo -es como si estuviéramos hechos el uno para el otro.

Los científicos todavía están en las primeras etapas de la comprensión de todas las formas en que el sistema endocannabinoide -y los cannabinoides a base de plantas, en particular- pueden ser utilizados médicamente. Es tan nuevo que sólo en los últimos años se ha empezado a enseñar en las facultades de medicina. Lo que sabemos con certeza es que el potencial es enorme, y sólo estamos empezando.

Traducción cortesía del El Planteo

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