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Cáncer y Quimioterapia

¿Puede el cannabis ser de utilidad en el tratamiento contra el cáncer?

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Un mensaje de nuestro patrocinador: “Firma esta petición de Change.org y alienta a los gobiernos del mundo a permitir el uso de cannabis para el tratamiento contra el cáncer.”

Resúmen

Cuando las personas son diagnosticadas con cáncer, su oncólogo puede hablarles del uso de cannabis como una terapia alternativa. Sin embargo, es más probable que esto sea sugerido por los familiares y amigos, ya que muestra la investigación que es así cómo se comparte la información sobre el uso de cannabis medicinal.

Mucha gente con cáncer usa el cannabis o medicinas que contienen cannabinoides, el componente activo principal, para aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia y los tratamientos con radiación, que pueden incluir náuseas, vómitos, pérdida del apetito, y dolor. Algunos lo utilizan para luchar directamente con los tumores del cáncer.

El rol del cannabis medicinal en el tratamiento contra el cáncer es de los mejores comprendidos de todos sus posibles usos médicos. La información en esta página se basa principalmente en dos informes científicos encargados por el gobierno de los EEUU – el informe de 1999 del Instituto de Medicina (IOM) y el informe de 2017 de la Academia Nacional de Ciencia Ingeniería y Medicina (NASEM). El informe de NASEM refleja el consenso de 16 expertos reconocidos que sistemáticamente revisaron unos 24.000 estudios publicados desde el informe del IOM y es considerado una fuente definitiva respecto al estado de la investigación del cannabis y los cannabinoides que contiene. Ambos informes hallaron que el cannabis puede jugar un rol en el tratamiento contra el cáncer como un cuidado paliativo para las náuseas, vómitos y dolores.

Otra fuente autoritaria es el Instituto Nacional de Cáncer (NCI), una división del Instituto Nacional de Salud (NIH) de los EEUU, que clasifica al cannabis como Medicina Complementaria y Alternativa. Los expertos de esta institución notaron que, aparte de reducir los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer, el cannabis medicinal puede reducir la ansiedad y mejorar el sueño, lo que puede ayudar a los pacientes a luchar contra la enfermedad.

Cómo funciona el cannabis en el cuerpo humano

La búsqueda de cómo el cannabis afecta al cuerpo llevó al descubrimiento del sistema endocannabinoide (SEC) en los 1990. La investigación reciente ha demostrado que el SEC es un regulador maestro – modulando todo desde el metabolismo y el humor hasta el sueño y la función inmune. Por esta razón, los investigadores del NIH concluyeron que puede ser un objetivo a la hora de tratar virtualmente todas las enfermedades que afectan a los humanos, incluyendo al cáncer.

El SEC juega un rol en muchos de los aspectos del cáncer y sus tratamientos, incluyendo la experiencia de las náuseas, los vómitos y el dolor. El SEC también modula la respuesta inmune mientras que el cáncer se desarrolla y el cuerpo intenta lucharlo.

El SEC es responsable por la homeostasis o el balance de los sistemas del cuerpo, así que su nivel de funcionalidad o “tono” influencia cómo experimentamos el dolor, el hambre y las náuseas. Se necesita más investigación para identificar completamente los mecanismos, pero la evidencia indica que el tono endocannabinoide es el responsable de regular las náuseas y vómitos. Por ejemplo, bloquear los receptores cannabinoides produce náuseas y vómitos en animales y humanos. De manera similar, se ha encontrado que las personas que experimentan cinetosis tienen menores funcionalidades del SEC que aquellos que no lo experimentan.

El dolor se transmite mediante los sistemas nerviosos centrales, autónomos y periféricos, y se ha identificado que los receptores de cannabinoides juegan un papel claro en modular las señales de dolor en cada uno de esos sistemas. Los receptores de cannabinoides son prominentes en la parte de la médula espinal que procesa las sensaciones como el dolor. También están presentes en las áreas periferales del cuerpo, particularmente en las capas de la piel, donde modulan el dolor.

Mientras que aún hay mucho que aprender sobre los mecanismos de cómo el cannabis lucha contra los tumores, los científicos han descrito algunas de las maneras en que el SEC lo hace. Activar los receptores de cannabinoides crea químicos que inducen dos tipos de muerte celular en varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de glioma, melanoma, hepático, pancreático, y de mama. Las formas en que los receptores de cannabinoides ayudan a resistir la propagación de las células cancerosas y pueden limitar el flujo sanguíneo a los tumores involucran cascadas complejas de productos químicos que aún no se entienden completamente, pero su habilidad para hacerlo está bien establecida por los estudios de laboratorio con líneas de células cancerosas y animales.

Estudios médicos sobre el cannabis y la quimioterapia

La quimioterapia tiene efectos adversos severos y significativos. Hasta el simple pensamiento de ir a otro round de terapia puede inducir náuseas y vómitos en los pacientes. Es uno de los tratamientos más aborrecidos que la medicina tiene para ofrecer. Limitar y enfocarse en esos efectos secundarios mejoraría dramáticamente la calidad de vida de los que están pasando por quimioterapia, y hasta podría mejorar significativamente su cumplimiento.

Náuseas y vómitos

El cannabis es de los remedios más antiguos para tratar las náuseas, y las revisiones de estudios del IOM y NASEM conducidos desde los 1970 concluyen que el cannabis es efectivo para tratar las náuseas y los vómitos. Los estudios hallaron que las personas generalmente prefieren medicinas basadas en cannabis antes que los antieméticos farmacéuticos.

Eso se ajusta a los ensayos clínicos que condujo la Administración de Comidas y Drogas de los EEUU (FDA) para determinar que el THC es seguro y efectivo para tratar las náuseas y vómitos a causa de la quimioterapia. La FDA ha aprobado dos medicamentos con THC, dronabinol (MarinolTM/SyndrosTM) y nabilona (CesametTM), que son versiones sintéticas del THC, disponibles en forma de pastilla o líquido.

Mientras que estos medicamentos aprobados por la FDA contienen el mismo ingrediente activo que la mayoría de los productos de marihuana medicinal, no se encuentran en la misma práctica. Las medicinas aprobadas por la FDA se toman por la boca, pero los medicamentos por vía oral son imposibles de mantener en una persona que está vomitando incontroladamente. También demoran en hacer efecto, tardando una hora o más en lograr el alivio, y ajustar la dosis puede ser complicado. Las náuseas también disminuyen dramáticamente la absorción, haciendo que sea difícil que los medicamentos tomados oralmente hagan un impacto. Por el contrario, el cannabis inhalado produce los mismos efectos terapéuticos en cuestión de segundos, permitiendo una absorción más eficiente, un alivio más rápido, y un mejor control de la dosis.

Muchas personas informan que los productos médicos de planta completa funcionan mejor y con menos efectos secundarios que los farmacéuticos de un solo cannabinoide. Esto puede ser debido a como los cientos de compuestos activos en la planta trabajan juntos terapéuticamente.

Dolor crónico

El dolor es por lejos la condición de calificación más común por la cual más de tres millones de americanos se han registrado en los programas de marihuana medicinal estatales. Tratar el dolor con cannabis medicinal ha sido el enfoque de más de dos docenas de ensayos clínicos aleatorios, a ciegas y controlados con placebos, que involucraron a miles de participantes. Estos estudios estandarizados han demostrado que el cannabis medicinal está bien tolerado y puede ofrecer al menos un alivio moderado para la mayoría de los tipos de dolor asociados con el cáncer y sus tratamientos, incluyendo el dolor neurótico que es difícil de tratar. El NASEM y NCI encontraron evidencia substancial o conclusiva para el uso del cannabis o medicinas con cannabinoides para el tratamiento del dolor crónico.

La investigación moderna del cannabis medicinal en tratamientos para el dolor incluye experimentos de laboratorio, estudios en animales, y ensayos en humanos, todos indicando que puede ser un tratamiento seguro y efectivo.

Muchos de los estudios con personas usando cannabis inhalado para tratar el dolor fueron conducidos por el Centro para la Investigación del Cannabis Medicinal, un consorcio de investigadores científicos universitarios. Sus estudios apuntaron al dolor neuropático de varias fuentes, incluyendo lesión espinal, diabetes, y VIH. También probaron el cannabis en experimentos donde inducían dolor, donde se vio una relación dosis-dependiente en donde las dosis más bajas de THC aliviaban el dolor pero las dosis más altas producían hiperalgesia, sensibilidad al dolor aumentada. En todos los casos, el cannabis inhalado y las dosis moderadas fueron eficientes a la hora de controlar el dolor.

El cannabis también funciona bien en sintonía con otros analgésicos. Los estudios muestran que el cannabis medicinal puede hacer que los opioides sean más efectivos en dosis más bajas. Un “efecto sustitutivo” en el que los pacientes reducen el uso de opioides una vez que el cannabis medicinal se agrega ha sido identificado en encuestas y en un estudio con gente viviendo con dolor. Un estudio del patrón de prescripción de opioides en los EEUU encontró reducciones significativas en el número de prescripciones escritas una vez que los estados lanzaron programas de cannabis medicinal.

Propiedades anti-tumores

Mientras que más y más personas lidiando con el cáncer han recurrido al cannabis como tratamiento, se han acumulado informes anecdóticos sobre el éxito al reducir tumores y hasta lograr la remisión. Estos informes son consistentes con los varios cientos de estudios de laboratorio con modelos animales del cáncer y las líneas celulares de cáncer humano. El Instituto Nacional de Cáncer lista información en algunos de estos estudios preclínicos que demuestran las propiedades anti-tumores de los cannabinoides.

Los científicos han identificado varias formas en las que los cannabinoides actúan selectivamente sobre las células cancerosas, como por ejemplo apagando el suministro de sangre a los tumores, previniendo la propagación de células cancerosas, y reprogramando a las células cancerosas para que mueran. Los cannabinoides han probado ser efectivos en la lucha contra muchos tipos de cáncer, incluyendo el cerebral, de la piel, sangre, cáncer de mama, de colon, de hígado y de pulmón.

Solo algunos ensayos en humanos han intentado usar el cannabis medicinal para luchar directamente contra los tumores de cáncer, pero los resultados han sido prometedores y se alinean con los informes anecdóticos y los varios estudios preclínicos. Mucha gente que usa cannabis para luchar contra el cáncer ingieren dosis de THC relativamente altas vía extractos de consumo oral, hasta 1.000 mg/día, 100 veces más de la dosis estándar de 10 mg. Subir a una dosis en ese rango puede ser desafiante, ya que una dosis tan alta es más probable que produzca efectos psicoactivos que puedan ser desagradables. Con la experiencia, muchas personas aprendieron a compensar por esos efectos. Como con otros efectos terapéuticos, los estudios indican que el THC y el CBD combinados tienen un mayor éxito en la lucha contra los tumores.

Tan eficaces como parecen ser los cannabinoides para matar selectivamente las células tumorales, también pueden actuar para proteger las células sanas. Los científicos especulan que los efectos anti-inflamatorios y anti-proliferación de los cannabinoides puede ayudar a proteger contra varios tipos de cáncer.

Efectos secundarios potenciales del uso de cannabis

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